OTRO MUNDO ES POSIBLE (Y URGENTE)

martes, 16 de julio de 2013

Alberto Patishtan: resistir desde la cárcel


El 12 de junio del 2000, el profesor tzotzil Alberto Patishtan se encontraba en una reunión de trabajo. Así lo constatan la lista de asistencia a la reunión y los testimonios de sus compañeros. Al terminar la junta, Patishtan se dirigió al municipio de Simojovel, Chiapas, donde amigos y conocidos le informaron que horas antes había ocurrido un enfrentamiento en la zona.
Efectivamente, unas horas antes, cuando el profesor Patishtan se encontraba en la reunión, fue emboscada una patrulla en la carretera Las Limas. El saldo: siete personas asesinadas y dos lesionadas; entre estas últimas, el hijo del presidente municipal de El Bosque.
Patishtan se enteró por un conocido, que en aquel entonces era regidor del municipio, que buscaban culparle a él de la emboscada. Los rumores sobre la posible acusación fueron creciendo; pero Patishtan, consciente de su inocencia, decidió seguir con su vida de forma normal.
Siete días después de los sucesos, el 19 de junio del 2000, cuatro hombres vestidos de civil abordaron a Alberto Patishtan. Sin mostrarle orden de aprehensión ni decirle nada, lo subieron a una camioneta y lo trasladaron a las oficinas de la procuraduría del estado en Tuxtla Gutiérrez, Chis. Ahí comenzó el largo martirio.
Patishtan fue obligado a declarar sin la presencia de un abogado, fue arraigado por 30 días en un hotel y luego fue trasladado al Centro de Readaptación Social (CERESO) No. 1 en Cerro Hueco, Tuxtla Gutiérrez.
Aunque la imputación del delito a Patishtan es completamente falsa, el profesor supuso que todo se trataba de una venganza política por las críticas que había hecho al  presidente municipal. Entendió entonces que la verdadera causa de su encarcelamiento era no haber guardo silencio ante la injusticia.
Al llegar a la cárcel de Cerro Hueco, Patishtan conoció a otros presos políticos, entre ellos muchos zapatistas, que se habían organizado para denunciar las pésimas condiciones carcelarias y también para evidenciar su injusta reclusión. Conoció así el colectivo La Voz de Cerro Hueco, conformado en la segunda mitad de la década de los 90’s y el cual agrupaba principalmente a indígenas Bases de Apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
En el año 2000 se conformó otro colectivo de presos en la misma prisión: La Voz de la Dignidad Rebelde, los cuales realizaron una huelga de hambre y cocieron sus labios. Para ese entonces, Patishtan –quien apenas llevaba unos meses preso- ya era parte activa del colectivo.
Casi dos años después de su detención, el 18 de marzo de 2002, Patishtan fue sentenciado a 60 años de prisión. Pero con la fortaleza moral y espiritual que lo caracterizan, el profesor tzotzil continuó con su lucha.
En julio de 2004 los presos de Cerro Hueco fueron trasladados a una nueva prisión: el CERESO no. 14, conocido como El Amate –por el tipo de árbol que crece en la región-. Los presos fueron trasladados en condiciones inhumanas: atados y amontonados en tráileres para ganado. Las condiciones de vida en El Amate fueron aún peores: la prisión ni siquiera estaba terminada, los alimentos básicos no les eran garantizados a los presos y en más de una ocasión se les negó el derecho a ser visitados. Estos hechos desembocaron en protestas por parte de los reclusos, los cuales terminaron por amotinarse unas semanas después.
Un año más tarde, en junio de 2005, el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN dio a conocer la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, documento con el que iniciaron un nuevo proceso organizativo y de articulación a nivel nacional. Los antiguos integrantes de La Voz de la Dignidad Rebelde –entre ellos Alberto Patishtan- conocieron el documento y dado que se encontraban en una nueva cárcel y había nuevos integrantes, decidieron formar un nuevo colectivo. El 5 de enero del 2006 nació La Voz del Amate, colectivo que inmediatamente se declaró Adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Ese mismo día, el Subcomandante Insurgente Marcos, quien viajaba rumbo a Tuxtla como parte de las actividades de la Otra Campaña, decidió parar el convoy en el que viajaba y hacer un breve mitin a las afueras del penal. En el acto, Marcos hizo saber a los guardias de la entrada y a quienes lo acompañaban que dentro de esa prisión estaban compañeros suyos y que estarían al pendiente de los procesos. Desde entonces, La Voz del Amate ha mantenido una relación cercana con el zapatismo, la cual se ha reforzado con la inclusión de personas Bases de Apoyo Zapatistas al colectivo.
Pronto comenzó a ubicarse al profesor Patishtan como una figura clave en La Voz del Amate: su experiencia, sus conocimientos y su carisma lo hacían destacar entre el resto de sus compañeros.
En 2008, Zacario Hernández Hernández, indígena tzotzil también apresado injustamente, inicio una huelga de hambre exigiendo su libertad. Zacario señaló en aquel entonces que prefería morirse a pagar una condena por un delito que no cometió. Unos días después de la huelga iniciada por Zacario, los integrantes de La Voz del Amate decidieron sumarse a la exigencia de su compañero de prisión. Hicieron lo mismo otros reos de las cárceles de San Cristóbal de las Casas y Playas de Catazajá también en Chiapas y de Tacotalpa en Tabasco.
Luego de 36 días en huelga de hambre, Zacario obtuvo su boleta de libertad. Animados por este triunfo, otros presos en El Amate decidieron continuar con la huelga para exigir que se revisaran sus casos. Duraron 41 días sin comer y sólo levantaron su protesta cuando el gobierno del estado instaló una mesa de revisión de expedientes. Dicho proceso desemboco en la liberación de casi 50 personas presas injustamente. Sin embargo,  a pesar de que en las mesas se detectaron violaciones al proceso penal de Alberto Patishtan, las instancias correspondientes decidieron mantenerlo preso.
Patishtan no se rindió y su lucha pronto encontró eco en distintos rincones del mundo. En 2010 fue reconocido con el premio “Jcanan lum jtatik Samuel Ruíz” por “su servicio, cuidado y amor a su pueblo”. En el mismo año el caso fue presentado ante Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Personalidades, artistas e intelectuales como Pablo González Casanova, Manu Chao, Julieta Egurrola, Raúl Vera y Miguel Concha se han sumado a la exigencia de libertad.
En trece años preso injustamente, Patishtan no ha cesado de exigir su libertad, de denunciar las condiciones carcelarias, de animar a otros presos a organizarse e inclusive, de alentarlos a estudiar. Por estos motivos, los diferentes niveles de gobierno han trasladado constantemente al profesor a otras prisiones en un intento por aislarlo y desmoralizarlo. Sin embargo, en cada cárcel a la que lo trasladan, Patishtan vuelve a organizarse y reinicia la resistencia.
Hoy Patishtan se encuentra recluido en el CERESO no. 5 en San Cristóbal de las Casas. En próximos días el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, con sede en Tuxtla Gutiérrez, emitirá el fallo final sobre su caso. No hay motivo jurídico para que Patishtan siga preso. No sólo se ha demostrado su inocencia, además se han evidenciado irregularidades en el proceso.  
El caso de Patishtan es uno más de los miles que hay en el país. Pero Patishtan es uno entre miles: su solidaridad y compromiso con los pobres de la tierra no encuentran límites. Quizá por eso lo mantengan en la cárcel. Y también por eso debemos seguir luchando para tenerlo en libertad construyendo un mundo mejor[1].





[1] Para más información consúltese el blog de Alberto Patishtan y la página del Centro de Derechos Humanos  Fray Bartolomé de las Casas

viernes, 5 de julio de 2013

“Fue el pueblo el que nos liberó, no el gobierno”: Solidarios de la Voz del Amate.



El martes 2 de julio me informaron que nueve presos Solidarios de la Voz del Amate serían liberados en el transcurso de la tarde. La noticia me dejo estupefacto, no podía creerlo. Apenas unos días atrás había tenido la oportunidad de visitarlos en el CERESO No. 5, ubicado a las afueras de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. En aquel encuentro pude conocer sus casos, las irregularidades y las múltiples violaciones a los derechos humanos de las que son objeto. Ahí también comprobé –una vez más- lo injusto del sistema de justicia en México y la profunda raíz colonialista sobre la que se construye.

Hice varias llamadas para comprobar la información, todos mis interlocutores lo corroboraron. Me alegre mucho. Un triunfo como este, en el contexto actual del país, sabe a gloria.

Pasaron tres días desde el anuncio hasta la liberación de Rosario Díaz Méndez, Pedro López Jiménez, Juan Collazo Jiménez, Juan Díaz López, Rosa López Díaz, Alfredo López Jiménez, Enrique Gómez Hernández, Juan López González y Benjamín López Díaz. El motivo: el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, quería asistir personalmente a excarcelar a parte de los Solidarios de la Voz del Amate. No es que los aprecie o le cause alegría verlos libres, lo que sucedía es que Manuel Velasco quería capitalizar mediáticamente este triunfo de los presos y de miles de personas solidarias en la lucha por su libertad… Y es que el gobierno de Manuel Velasco atraviesa por una severa crisis en los últimos días.

El sábado 29 de junio, en la capital del estado, la policía local reprimió violentamente a la sección democrática del magisterio. Al día siguiente, en la primera plana de un periódico de circulación nacional, se mostraba la fotografía de un profesor atado de las manos con su propio cinturón y el rostro ensangrentado. En el fondo de la imagen aparecían otros cuatro maestros también duramente golpeados. Dos días después de la represión, el lunes 1 de julio por la tarde, los profesores democráticos salieron a las calles a realizar varios bloqueos carreteros demandando justicia.

Igualmente, el martes 2 de julio, en diferentes puntos del mismo estado, se registraron al menos dos bloqueos carreteros. En las afueras del municipio de Ocosingo, un grupo local de transportistas protestó contra los altos costos de la gasolina. En el ejido de San Sebastián Bachajón, los pobladores adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN, realizaron otro bloqueo carretero exigiendo la liberación de los presos políticos Antonio Estrada Estrada y Miguel Demeza Jiménez y demandando justicia por el asesinato de Juan Vázquez Vázquez.

A este contexto se suman los conflictos internos en la cúpula priísta del estado, los cuales derivaron en la “renuncia voluntaria” de Noé Castañón León como secretario de gobernación. Chiapas está que arde.

Así, el jueves 4 de julio, luego de que Baldemar Velázquez –dirigente sindical en EUA- visitara a Patishtan y a los Solidarios de la Voz del Amate, aproximadamente a las 19 horas, los presos cruzaron las rejas del penal para abrazarse con sus familiares y amigos. Después, partieron rumbo a la Catedral de San Cristóbal de las Casas para congregarse y celebrar su libertad frente a la tumba de Samuel Ruíz García, quien en vida se entregó a la defensa y acompañamiento de los pueblos indígenas de Chiapas y de México.

Mientras miembros de la prensa, curiosos y solidarios dábamos forma al contingente, los ex presos decidieron caminar por las calles de San Cristóbal de las Casas y dirigirse a las oficinas del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (FrayBa), quienes también han acompañado a las organizaciones de presos el estado. Como parte de este trabajo, en 2011 presentaron el Informe especial: Violaciones a los derechos humanos en el sistema carcelario en Chiapas.

En las oficinas del FrayBa, uno a uno los presos fueron compartiendo su palabra. La primera en hablar fue Rosa López, detenida injustamente desde 2007 y víctima de tortura y violaciones por parte de la policía local para declararse culpable de un delito que no cometió. Rosa agradeció a todos los que se organizaron para exigir su libertad, pues al lograrlo, le daban la oportunidad de volver a estar junto a sus hijas.

Luego tocó el turno de Pedro López Jiménez, quien en su intervención insistió en que su liberación era un “triunfo del pueblo y no una concesión del gobierno”. Además comentó que ahora que están libres continuaran luchando; no sólo por la libertad de Alberto Patishtan, también se organizarán contra otras injusticias de las que son objeto los pueblos indígenas de la región.

Estoy seguro que gobierno y medios oficialistas querrán cubrir esta liberación de los Solidarios de la Voz del Amate como un gesto de “buena voluntad” de Manuel Velasco. Ante la crisis de legitimidad que enfrentan, se ven urgidos de generar opinión pública favorable. Pero los y las de abajo sabemos que en realidad la excarcelación de los Solidarios de la Voz del Amate se debe más a la organización social, a la lucha de los propios presos, de sus familias, de sus comunidades y por supuesto, a la lucha de Alberto Patishtan y de organizaciones solidarias en México y el mundo. Hoy podemos estar felices por este triunfo, y con esa alegría seguiremos luchando por la libertad de Patishtan y Alejandro, la de Antonio Estrada y Miguel Demeza, por la libertad de todos los presos políticos del país y por un mundo mejor.

San Cristóbal de las Casas, Chis., 5 de julio del 2013