OTRO MUNDO ES POSIBLE (Y URGENTE)

jueves, 24 de noviembre de 2011

Sobre el proyecto de Andrés Manuel López Obrador


Hace unos días comencé un intercambio de ideas con mi amiga Lucia. El tema abordado fue el proyecto de AMLO, la izquierda en México y la contienda electoral de 2012. Al debate se han sumado otros compañeros que han aportado ideas muy interesantes. Por la riqueza del debate, he decidido compartir en este espacio la carta que yo envié. El resto del debate puede seguirse en Facebook. 

Carta 1
México, DF a 24 de noviembre de 2011


Querida Lucia,

Hace tiempo que llevamos intentando dar este debate, pero los tiempos, las distancias y las vidas complicadas de ambos lo han retrasado. Pero esto no puede seguir siendo un pretexto, sobre todo cuando en la era actual tenemos una infinidad de medios para comunicarnos; aunque por ahí sea imposible esa lectura de los gestos que a veces dicen más que muchas oraciones. Imagina que tan importante es eso que hasta muchas empresas dan cursos sobre el face to face. Aun así, y con el ánimo de generar preguntas y encontrar respuestas, es que van estás líneas.

Como te he comentado antes, estoy convencido de que la única alternativa real al capitalismo es el socialismo. Sé que es una fuerte declaración y que para la izquierda bien portada y acomodada esto ya sería suficiente para dejar de leer estas líneas.  No los juzgo, la experiencia del “socialismo realmente existente” y la ofensiva de la derecha mundial para desprestigiar esa ideología que tantos problemas le dio en el siglo pasado, causo ese tipo de efectos. Pero, para evitar confusiones, vale la pena aclarar de qué tipo de socialismo estoy hablando.

En el imaginario colectivo, cuando se habla de socialismo, inmediatamente se asocia con el régimen autoritario y asesino que encabezó Stalin. Ese es el triunfo del pensamiento único impulsado desde las clases dominantes: lograr reducir a eso una de las corrientes de pensamiento más importantes en la historia de la humanidad. Desde mi perspectiva, el socialismo tiene que venir acompañado de liberación, emancipación y democracia. Sólo conjugando estas luchas es que el socialismo podrá ser una alternativa real, al menos en América Latina. Permíteme profundizar un poco más en este tema, pues me parece de suma importancia.

Las luchas por la liberación caracterizaron a todo nuestro continente en el siglo XX. El hecho de que la mayor parte de nuestros países hayan sido colonias y de que las independencias nunca terminaron de concretarse, es lo que impulsó a miles de personas a levantarse en armas reclamando la independencia real y no sólo formal de varios países. Ahí tienes los ejemplos del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua, el Frente de Liberación Nacional en Colombia, el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en El Salvador o el propio Movimiento 26 de Julio en Cuba. En México tenemos muchas experiencias de organizaciones a las que sólo les quedó la vía armada cómo única opción. De todas ellas quiero recordar a dos, una heredera de la otra: las Fuerzas de Liberación Nacional y el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional.

Pero la lucha por la liberación nacional el día de hoy ya no es suficiente, hoy la lucha por un mundo y un país distinto tiene que incorporar en su ideario el ideal de la emancipación. Cuando hablo de emancipación me vienen a la cabeza un sin fin de formas de dominación con las que tenemos que acabar, de las cuales quiero resaltar cinco: 1) la dominación de género, 2) la dominación racial y de los pueblos originarios, 3) la dominación adultocéntrica, 4) la dominación sobre la tierra, el territorio y el medio ambiente y 5) la dominación capitalista; la cual ha provocado la profundización de todas las anteriores.  

Sobre el tema de la democracia podemos decir mucho, inclusive podemos ponerle un sin fín de adjetivos para intentar describir lo existente. Sin embargo, me queda claro que la democracia real, entendida como el gobierno del pueblo, no es posible bajo el sistema capitalista y mucho menos con formas de dominación cómo las que antes he descrito. Por lo anterior creo que son pocos las sociedades que realmente conocen y ejercen la democracia; y casualmente encontramos varios ejemplos en las formas de organización que actualmente los pueblos indígenas nos ofrecen como alternativas: Cherán, Ostula, los Caracoles Zapatistas, etc. No es mi intención exaltar ciegamente a los pueblos indígenas y caer en el “indianismo” actualmente puesto de moda, pero la historia reciente nos dice que en esos pueblos se construyen y maduran algunas de las alternativas mundiales más importantes.

Ahora bien, son muchas las experiencias que en nuestro continente, por ignorancia o por las limitaciones puestas por fuerzas externas, han centrado sus esfuerzos en el desarrollo nacional; aunque esto implique impulsar una forma de capitalismo nacionalista o populismo. Ahí tienes los ejemplos de Lula en Brasil –hoy proclamado como prototipo de líder de la izquierda- o a la misma Cristina Fernández en Argentina. Reconozco que ambos han hecho un excelente trabajo en sus naciones y que han logrado generar un contrapeso político y económico a la mayor potencia hegemónica en la historia de la humanidad: EUA. Bravo por ello, las condiciones lo exigían.

Creo que ese es exactamente el mismo camino por el que ha optado Andrés Manuel López Obrador, y ahí mi imposibilidad para mirarlo con simpatía y aceptar su proyecto. Reconozco que es un hombre valiente y que lo acompañan gente de gran talento como muchos que contribuyeron a escribir el Proyecto Alternativo de Nación. También sé que mucha gente honesta organizada desde el Movimiento de Regeneración Nacional tiene la férrea intención de cambiar el país, pero para ello no basta con cambiar de clase política o de grupo en el poder. Déjame confesarte que hasta recibí con alegría la noticia de que AMLO sería el candidato de la izquierda electoral. Pero todo eso no es suficiente para que los considere cómo una verdadera alternativa.

Pero no te asustes, tampoco llamaré a no votar; las condiciones actuales del país me lo impiden. Yo no votaré, eso si me queda claro. Pero como alternativa, pues mi no-voto no es pasivo, continuaré en los caminos de la resistencia y de la organización. Continuaré alimentando el empoderamiento de la gente y de los pueblos para que algún día, espero no muy lejano, podamos construir un gobierno-pueblo.

Espero, querida Lucia, que estás líneas alimenten nuestro debate y nos permitan seguir generando preguntas y respuestas, todas encaminadas a transformar nuestro país.

Un abrazo fraterno

Raúl Romero


martes, 22 de noviembre de 2011

Michoacán: la guerra y la paz


Michoacán: la guerra y la paz
Por Raúl Romero
La guerra

El pasado 13 de noviembre de 2011 los michoacanos salieron a votar para elegir “representantes” de 113 ayuntamientos, 40 diputaciones (24 por mayoría relativa y 16 por representación proporcional) y gobernador. Para el cargo de gobernador tres eran los competidores: por la alianza entre el PRD-PT-Convergencia, Silvano Aureoles. Por el bloque conformado por el PAN y Nueva Alianza compitió Luisa María Calderón Hinojosa, hermana del actual presidente de México. La coalición integrada por PRI-PVEM postuló a Fausto Vallejo, a quien hace unos días el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) entregó la constancia de mayoría que lo acredita como gobernador electo para el periodo 2012-2015.

El padrón electoral de Michoacán registra 3 millones 427 mil 951 ciudadanos y ciudadanas de los cuales sólo acudieron a votar 1 millón 858 mil 010 personas, lo que significa que más del 43% de los electores no participó de dicha elección. Fausto Vallejo obtuvo la victoria con apenas 658, 589 votos, es decir apenas el 19% de los electores registrados. Un dato más que me interesa resaltar es el número de votos anulados: 56, 815.
           
Las campañas electorales estuvieron llenas de descalificaciones y de información  no comprobada, pero que vale la pena considerar. El candidato del PRI-PVEM y gobernador electo de Michoacán acusó a Luisa María Calderón, Cocoa, de ser beneficiada con distintos programas sociales y con la maquinaria del gobierno federal. Por su parte, Cocoa y varios miembros del PAN culparon a Vallejo de tener alianzas con el crimen organizado y hasta calificaron su triunfo como resultado de una narcoelección. Sobre Silvano Aureoles no hubo mucho que decir: el descrédito de su partido como consecuencia de las pugnas entre las tribus que lo (des)componen y la incapacidad de los gobiernos perredistas en Michoacán para enfrentar al crimen organizado fueron suficiente elemento para ahuyentar a los electores. 

Para el grupo en el poder, y en particular para Felipe Calderón, la derrota de su hermana Cocoa es uno de los mayores golpes en su sexenio; sobre todo en el plano de lo simbólico. Recordemos que el 11 de diciembre de 2006, apenas 5 meses después del fraude electoral que lo llevó a la presidencia de México, Felipe Calderón inició lo que sería su intento por legitimar un triunfo cuestionado a todas luces: la “guerra contra el narcotráfico”; dicha guerra inició con el Operativo Conjunto Michoacán. Como parte de aquel espectacular operativo, la Policía Federa y el Ejército Mexicano detuvieron a 11 presidentes municipales, 16 altos funcionarios y un juez, todos acusados de vínculos con el crimen organizado. Hoy esos funcionarios se encuentran en libertad por falta de pruebas. De esta forma Calderón no sólo pierden en su tierra natal, sino que evidencian que sus únicas estrategias para ganar es el fraude y para gobernar la fuerza bruta.

Para el PRD y la “izquierda” electoral la derrota es más que simbólica, pues Michoacán fue uno de sus bastiones más importantes. La tierra dónde el general Lázaro Cárdenas inició la gran reforma agraria en la primera mitad del siglo pasado, también fue gobernada por su hijo Cuauhtémoc (1980-1986) y su nieto Lázaro (2002-2008) –PRI y PRD, respectivamente-. En 2008 otro perredista, Leonel Godoy, ganó las elecciones que lo tienen cómo gobernador hasta 2012. De esta manera, el PRD evidencia que su base social ha dejado de verlo como una alternativa.

La paz

En ese mismo estado donde Felipe Calderón inauguró una de las eras más sangrientas de México –que hoy ha costado más de 50 mil muertos, cerca de 10 mil desaparecidos y miles desplazados-; ahí donde los partidos y la clase política recientemente mostraron lo que son capaces de hacer por llegar al poder por el simple hecho de tener poder, es el mismo lugar donde  se construyen desde abajo y con la dignidad bien en alto dos de las principales alternativas para frenar tanta violencia: Cherán y Sta. María Ostula.

En plena tierra caliente –una de las regiones más violentas del país-, en el municipio de Aquila para ser exactos, se encuentra la comunidad nahua de Santa María Ostula; comunidad en la que en junio 2009 fue lanzado el Manifiesto de Ostula como producto de la XXV Reunión Plenaria del Congreso Nacional Indígena, Región Centro Pacífico. Dicho manifiesto es una reivindicación del derecho a la autodefensa indígena. Apenas unas semanas después de la firma y difusión de dicho manifiesto, decenas de comuneros recuperaron más de 700 hectáreas que eran ocupadas ilegalmente por caciques de la región.

También en el estado de Michoacán se encuentra el municipio de Cherán, lugar en el que los comuneros purépechas decidieron enfrentar a los talamonetes que estaban destruyendo sus bosques. Cansados de la corrupción y la ineficiencia del gobierno, los pobladores de Cherán se organizaron y en comunidad tomaron el poder para convertirse en un pueblo-gobierno para combatir la inseguridad y la injusticia. Desde el mes de abril del presente año, miles de hombres y mujeres se organizan para patrullar su territorio.

Tanto en Sta. María Ostula como en Cherán no se instalaron casillas el pasado 13 de noviembre. Los habitantes decidieron elegir a sus autoridades de la forma en que históricamente lo hacen. Los pueblos de Cheran y Ostula se ponen de esta forma en el camino de las autonomías en donde la sociedad es capaz de garantizarse a sí misma la seguridad y la justicia que los gobiernos nos niegan.

Así, Cherán y Ostula se suman a otras experiencias organizativas como las del Ejercito Zaptista de Liberación Nacional en Chiapas o la Policía Comunitaria en Guerrero, experiencias que ofrecen alternativas en materia de seguridad y que buscan frenar la guerra de exterminio neoliberal. Estos pueblos que alzan su voz en defensa de la vida humana y de la madre tierra nos enseñan el camino hacia una paz con justicia y dignidad; y materializan la idea de que otro mundo es posible.


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Los jóvenes y la crisis mundial hoy


Los jóvenes y la crisis mundial hoy
Raúl Romero

Por todo el mundo las juventudes comienzan a gritar basta. Cansados de 30 años de neoliberalismo, los “sin futuro” empiezan a convertir en resistencia global aquellas luchas que hace unos meses parecían problemas locales. En el mundo árabe, en el “tercer mundo” y también en algunos países que antes fueron potencias –España, por ejemplo-; miles de jóvenes salen a las calles y se apropian de ellas. Haciendo uso de las redes sociales y de la imaginación, los jóvenes vuelven hoy a la escena global para reclamar un mundo que les ha sido arrebatado por los señores del dinero.

“Si los de abajo se mueven, los de arriba se caen”, “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir” y “No somos antisistema, el sistema es anti-nosotros” son algunas de las consignas que denuncian dos de los principales problemas globales: falta de democracia y la necesidad de un sistema económico diferente al capitalismo. Vista no como una etapa de vida sino como categoría revolucionaria, la juventud es una idea que hoy está más viva que nunca y que tiene antecedentes.

En 1968, una generación cansada de la dictadura del capital y del autoritarismo estalinista se apropio del planeta tierra y lo transformó súbitamente. Es verdad que aquella revolución global no logró acabar con el sistema capitalista, sin embargo el mundo no volvió a ser el mismo después de esa era de transformaciones.

Apenas unos años antes, cientos de jóvenes se habían alistado en las guerrillas que buscaban liberar sus naciones o contener el avance del imperialismo yanqui. Impulsados por la Revolución cubana y por el espíritu libertario latinoamericano, varios de esos jóvenes combatientes siguieron a Fidel Castro o a Ernesto el Che Guevara en las experiencias organizativas que intentaron llevar al Congo, Angola o Vietnam.  Quizá estas experiencias animaron a que en 1972 en una visita a la Universidad de Guadalajara el entonces presidente de Chile, Salvador Allende, señalara que “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.

Otro ejemplo interesante sucedió en los días que siguieron al 1 de enero de 1994. Respondiendo al llamado de los pueblos mayas organizados en el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, miles de jóvenes y no tan jóvenes de todo el mundo salieron nuevamente a los espacios públicos para solidarizarse con la lucha de los zapatistas que acabó con el mito del fin de la historia. Las movilizaciones acaecidas en Seattle (1999), Génova (2001) y el 1er Foro Social Mundial (Porto Alegre, 2001) también tuvieron una gran participación de jóvenes que habían hecho sus banderas las consignas de En defensa de la humanidad y en contra del neoliberalismo y Por un mundo donde quepan muchos mundos. 

Hoy los jóvenes enfrentamos nuevos y viejos problemas, algunos han aparecido en el transcurso de los años; otros se han profundizado. Son varios los autores que se han atrevido a sugerir que lo que vivimos actualmente es una crisis civilizatoria, es decir, una crisis en la que se pone en riesgo todo; inclusive la existencia de la humanidad. Dicha hipótesis no nos resulta tan descabellada, sobre todo después de mirar los informes sobre cambio climático, la extinción de especies, los problemas de deforestación, desertificación, el agotamiento del agua, etc.

La necesidad de construir una sociedad alternativa a la capitalista hoy es más urgente que nunca y las nuevas generaciones no tenemos muchas oportunidades para equivocarnos: en ello nos jugamos nuestro futuro. Hoy los jóvenes estamos obligados a vivir y transformar el presente para poder garantizar un futuro mejor. Hoy nos queda –cómo diría Benedetti- recuperar el habla y la utopía.


sábado, 15 de octubre de 2011

Documento presentado en el encuentro con el poder ejecutivo


Subcomisión para un Sistema de Atención Integral a Víctimas
Mesa 2
(Documento presentado en el encuentro con el poder ejecutivo)


Buen días señores y señoras representantes del poder ejecutivo
Buenos días señores y señoras representantes de organizaciones de la sociedad civil
Buenos días hermanos y hermanas del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad

Hace tres meses, cuando instalamos las mesas de diálogo, vimos en la Subcomisión para el Diseño del Sistema de Atención Integral a Víctimas (Referida como Mesa 2), una oportunidad inigualable para poder rediseñar las instancias federales encargadas de la atención a víctimas. Buscábamos, y lo seguimos haciendo, poder garantizar verdad, justicia, memoria y reparación a las víctimas de la violencia de esta guerra. Por desgracia, durante las mesas de trabajo, los representantes del Gobierno Federal se limitaron sólo a discutir con nosotros la necesidad de una Ley de Víctimas, sobre la que llegamos a los siguientes acuerdos:

1)      La necesidad de reformar el Art. 73 con el fin de que se expliciten las funciones del Congreso de la Unión para legislar sobre la materia y fundamento del carácter general de dicha Ley, con el fin de darle un sólido marco legal.
2)      La necesidad de que dicha Ley sea General, es decir, que dé contenido a los derechos de las víctimas y articule las competencias de los diferentes órdenes de gobierno. Debe también explicitar los derechos de las víctimas y dar cabida a la legislación especializada con el fin de crear el sistema integral para ellas, como, por ejemplo, armonizar la Ley Reglamentaria del artículo 1ro constitucional con los Códigos de Procedimientos Penales, la Ley de Trata de Personas, la Ley antisecuestro, entre otros ordenamientos especializados actualmente vigentes o que se adopten en el futuro, y debe encargarse de la distribución de competencias en relación con los diferentes componentes que la integran: qué es lo compete a la federación, a los estados y a los municipios, y qué dependencias deben participar en la aplicación de algunos o de todos los componentes de la ley.
Sobre la definición de “víctima” que contemplará esta propuesta de Ley no llegamos a un acuerdo, sobre todo por la resistencia de los representantes del Gobierno Federal a asumir que existen víctimas del abuso de poder o de violaciones a los derechos humanos, es decir, víctimas de funcionarios con nombre y apellido, militares o cuerpos policiacos, federales o locales.
Desde el intento por llegar a una definición de víctima aparecen las graves diferencias de valores que sostiene su gobierno y los que postula el movimiento: mientras que para el gobierno las víctimas son producto del crimen organizado y “daños colaterales, sujetos a una enredada jusrisprudencia, para el movimiento se trata de personas, concretas, seres humanos con rostro e historia personal.
Tampoco llegamos a ningún acuerdo en lo que respecta a los siguientes puntos:

1)      La creación de una Comisión de la Verdad que se encargue de indagar la verdadera historia de todos los crímenes que han quedado impunes; de identificar a las víctimas y establecer su identidad personal; de esclarecer la verdad jurídica y el derecho de las víctimas y sus familiares a la justicia; de reparar y resarcir de manera integral los daños que les pudieran haber infringido las instituciones del Estado; y de garantizar las condiciones legales y políticas para que dichos delitos no se repitan.
2)      La creación de un Registro Nacional de Víctimas,
3)      La creación de un Fondo de Emergencia para Atención a Víctimas. Esta propuesta parte de reconocer la situación de emergencia nacional en la que nos encontramos, e intenta responder con urgencia y de manera prioritaria, a través de políticas públicas de emergencia, a un sector de la población que se ha visto particularmente afectado por la violencia imperante. La inmediatez en la atención tiene por objeto evitar que, mientras el poder legislativo aprueba y pone en marcha la Ley de Derechos de las Víctimas de la Violencia, la salud y las condiciones de vida mínimas de las víctimas se deteriore y sea más difícil restablecer el tejido social desgastado por la violencia.
4)      La reforma al Código Federal de Procedimientos Penales. Nosotros consideramos que los derechos constitucionales de las víctimas en el proceso penal deben estar debidamente implementados en el marco de la instauración del nuevo sistema penal a nivel federal.
Sobre la Procuraduría Social de Atención a las Víctimas de Delitos.
La propuesta que hizo el movimiento y que expresó en el dialogo del 23 de junio debe entenderse como una propuesta integral, y no –así, por desgracia, lo ha entendido el Poder Ejecutivo-- como una suma de propuestas que puedan aplicarse de forma aislada. Por eso hemos insistido en que La Ley de Víctimas de la Violencia y el Abuso del Poder, así como la Procuraduría Social de Atención a Víctimas son complementarias al cambio de estrategia de seguridad adoptada desde diciembre de 2006.  En este sentido, la Procuraduría Social de Atención a Víctimas
1.      No reconoce, que en el contexto de emergencia nacional que vivimos, parte del Estado también se ha convertido en victimario. En dicho contexto, algunas fracciones de las fuerzas de seguridad pública, militares, marinos y funcionarios de todos los niveles de gobierno, abusan de su poder y violan los derechos humanos más elementales. Esos abusos han sido diagnosticados por el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU. Por ello, la Procuraduría Social para atención a Víctimas del Delito nace sesgada y al margen del derecho internacional (convención de Palermo: víctimas del delito y del abuso de poder)
2.      No garantiza la participación efectiva de la sociedad civil. De los trece miembros de la junta de gobierno que regula a la Procuraduría sólo cuatro son ciudadanos. Lo que significa que el decreto deja a total discreción de la Junta de Gobierno, y concretamente de la SEDENA, PGR, Marina y SSP, el diseño y definición de alcances de la institución.
3.      Discrimina a las víctimas ya que sólo atenderá a aquellas que son del fuero federal. Con ello se abre la puerta para la revictimización de los que caen en el fuero común.
4.      Surge como decreto presidencial, es decir, como una acción de gobierno y no como una acción del Estado. En su elaboración, no se consultó a la sociedad civil ni a los especialistas en la materia y, peor aún, no contempló ni consultó a ninguna representación de víctimas.
5.      Carece de personal, presupuesto e infaestructura propios.

6.      En síntesis, su propuesta no retoma las exigencias de justicia, memoria, verdad, reparación de daño y garantía de no repetición.

La propuesta del movimiento fue la de una Procuraduría con un profundo sentido civil donde lo importante es la seguridad de los ciudadanos y no, como ustedes se han empeñado, sólo la seguridad del estado.


Raúl Romero
Subcomisión para un Sistema de Atención Integral a Víctimas 

México, DF a 14 de octubre de 2011.

miércoles, 12 de octubre de 2011

La Províctimas: una Procuraduría a modo


La Províctimas: una Procuraduría a modo
Por Raúl Romero
El pasado martes 6 de septiembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto con el que Felipe Calderón ordenó la creación de la Procuraduría Social de Atención a Víctimas de Delitos.
Anunciada por todos los medios, con tratamiento especial durante el “informe de gobierno”, la Províctimas parece ser más una respuesta mediática de fin de sexenio y un intento por suavizar el reclamo que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y diversas organizaciones de la sociedad civil han hecho con respecto al tema de atención a víctimas.
A continuación comparto un decálogo sobre las deficiencias que la Províctimas evidencia desde su creación.

1.      No reconoce un contexto de emergencia nacional en el que el Estado también es victimario. Un contexto en el que las fuerzas de seguridad pública, militares, marinos y funcionarios de todos los niveles de gobierno abusan de su poder y violan los derechos humanos más fundamentales. Un contexto que también ha sido diagnosticado por el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU y por el que recomendó en marzo pasado el retiro de fuerzas militares en tareas de seguridad.
2.      De lo anterior se desprende que la Províctimas nazca sesgada y al margen del derecho internacional; pues no atiende la definición de víctima –ofendidos del delito y víctimas del abuso del poder- expresado en la Convención de Palermo signada por México en 1985.
3.      No garantiza la participación efectiva de la sociedad civil. En su composición, sólo contempla a cuatro ciudadanos, los cuales serán invitados por Calderón. Hoy sabemos los nombres de estos cuatro ciudadanos: María Elena Morera, Isabel Miranda de Wallace, Alejandro Martí y Patricia Caso. Los tres primeros son también víctimas de la violencia que se vive en México, pero son de esas víctimas que han acompañado muy de cerca a Felipe Calderón en esta guerra. Un ejemplo de ello es que tanto Wallace cómo Martí se pronunciaron públicamente a favor de la Ley de Seguridad Nacional que hoy se encuentra atorada en San Lázaro.
4.      No existe un componente que garantice la protección a víctimas. En este país es común que muchas de las víctimas que se animan a denunciar o a emprender investigaciones por cuenta propia –ante la incapacidad o complicidad de las autoridades- son perseguidas por los grupos criminales; sea con fuerzas al margen de la ley o con aquellas que se han corrompido desde el interior del Estado.
5.      De las muchas ambigüedades que contiene el decreto, hay una que garantiza la revictimzación: al estar dirigida únicamente a aquellas personas que sean víctimas de delitos del fuero federal margina a aquellas que sean víctimas de delitos del fuero local.
6.      Surge como decreto presidencial: no consulta a la sociedad civil, a los especialistas en la materia, a las organizaciones civiles que trabajan el tema. Peor aún; no consultó a ninguna representación de víctimas, por lo que no contempla sus necesidades.
7.      La Procuraduría Social intentará coordinar dependencias de otras instituciones ya existentes, es decir, las dependencias encargadas de la “atención” a víctimas de la Procuraduría General de la República (PGR), de la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), de la Secretaria de Marina (SEMAR), por mencionar algunas. Así pues, la Procuraduría Social nace sin personal ni presupuesto propio, al mismo tiempo que coordinará dependencias caracterizadas por su disfuncionalidad.
8.      El decreto deja a total discreción de la Junta de Gobierno el diseño y definición del alcance que se dará a esta institución. En la Junta de Gobierno participan representantes de secretarias que también son responsables –directa o indirectamente- de las muertes, desapariciones y otros crímenes que inundan el territorio nacional: Francisco Blake Mora (Secretario de Gobernación), Guillermo Galván Galván (Secretario de la Defensa Nacional), Mariano Francisco Sáynez (Secretario de Marina) y Genaro García Luna (Secretario de Seguridad Pública), por mencionar algunos. Con esta medida se corre el riesgo de seguir garantizando impunidad a aquellos policías, militares y marinos que cometan delitos.
9.      No existe explícitamente un mecanismo de rendición de cuentas que garantice claridad en el manejo de las finanzas
10.  No retoma las exigencias de justicia, memoria, verdad, reparación del daño y garantía de no repetición. Es una instancia que se queda solamente en el asistencialismo.

La Procuraduría Social fue una propuesta que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad –en voz de Javier Sicilia- puso sobre la mesa en el diálogo del 23 de junio de 2011. Dicha propuesta fue pensada en conexión con el fin de la guerra y con la adopción de un modelo de seguridad humana y ciudadana que garantice y respete los derechos humanosLa propuesta que ha hecho el movimiento, debe entenderse como una alternativa integral, no como una suma de propuestas que puedan aplicarse de forma aislada. 

Ciudad de México, a 12 de octubre de 2011

Haciendo camino a la paz.

Haciendo camino a la paz
Por Raúl Romero




Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
Caminante no hay camino,
se hace camino al andar.

Joan Manuel Serrat,
           
En abril del 2011 el poeta Javier Sicilia –luego del asesinato de su hijo Juan Francisco y de otras seis personas- decidió dejar de escribir poesía para hacer poesía. Convocados por su dolor y por la urgente necesidad de detener la irresponsable guerra que Felipe Calderón inició en diciembre de 2006, miles de personas decidimos alzar la voz y salir a las calles para exigir el alto a la barbarie.
            Poco a poco, muchos ciudadanos fueron despertando a una dolorosa realidad nacional, una realidad que se caracteriza por el fétido olor a muerte, injusticia e impunidad que inunda cada rincón de México.
            Primero salimos a marchar en Cuernavaca, Morelos, el 6 de abril. Luego nos convocamos a tomar las calles para dar vida a este país que es asesinado diariamente. Durante 4 días (del 4 al 8 de mayo) caminamos de la ciudad de Cuernavaca al Zócalo de la Ciudad de México. Nuestra exigencia: queremos vivir en Paz con Justicia y Dignidad. Sorpresivamente, miles de personas –120 mil, narraron algunos periódicos- salieron a sumarse a ese grito ahogado en el silencio. La marcha fue replicada en 42 ciudades de México y del mundo.
            Ya en esos caminos pudimos escuchar decenas de historias en las que los grupos criminales, ejército, policía local o federal –cual si fueran un solo grupo- asesinan, desaparecen, violan y torturan a gente inocente; todo exacerbado en la “guerra contra el narcotráfico”.
            Varias personas vinieron desde otros estados (Chihuahua, Quintana Roo, Yucatán, Nuevo León, Durango, Sonora, Edo. de México, etc.) para narrarnos sus historias; relatos que no habían sido contados por miedo o porque simplemente nadie había querido escucharlos. Al final del recorrido y previó al mitin, 72 personas denunciaron los crímenes de los que han sido víctimas sus familiares. Algunas de ellas venían representando organizaciones sociales o políticas que han documentado decenas de casos (“más de 100” nos dijo una de las oradoras de Chihuahua). La mayor parte de los denunciantes (70%) eran mujeres: madres, hijas, hermanas, esposas a las que les han asesinado a seres queridos.
            Cual si diéramos vida a la canción de Serrat –quien retoma Antonio Machado-, el 4 de junio del 2011 la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad partió nuevamente de la ciudad de Cuernavaca, esta vez con rumbo al “epicentro del dolor” en México: Ciudad Juárez, Chihuahua. A la cabeza Javier Sicilia, el poeta vuelto peregrino, acompañado de cientos de personas que entendían que rezar ya no era suficiente. No perseguíamos dinero o puestos políticos. No perseguíamos la gloria, sino dejar en la memoria de la sociedad mexicana los nombres de los miles de muertos y desaparecidos que ha causado la guerra de Calderón.
            En nuestro camino escuchamos otra vez historias desgarradoras, historias que nunca habríamos podido imaginar. Historias en las que las victimas no tenían nada que ver con los narcos. Historias de personas asesinadas y desaparecidas a las que el gobierno federal llama frívolamente “daños colaterales”.
            Ese México vimos y vivimos: el de la violencia, la barbarie, la guerra, la injusticia, la impunidad…
            El tiempo ha pasado ya. Las diferencias, las discusiones y las desilusiones han salido a brote. Sin embargo, seguro estoy de que muchos de los “caravaneros” nunca podremos olvidarnos de lo que vimos, oímos, sentimos y, sobre todo, de los compromisos que hicimos con nuestro pueblo. ¿Cómo olvidar cuando en Morelia doña María Herrera nos contó sobre sus cuatro hijos desaparecidos, o a los compás de Cherán enseñándonos a ser hombres y mujeres dignos y rebeldes? ¿Acaso alguien podría olvidar al niño de 6 años que interceptó la caravana para contarnos sobre el asesinato de su padre Fernando Rodríguez? ¿Cómo no recordar la cálida y combativa recepción de los compas de la COCOPO en Durango?, ¿o el despertar en Sta. Catarina, Nuevo León, con cientos de niños mirándonos dormir en los patios de su escuela?
            Así pues, en esos siete días escribimos una página más en la historia de este país, una página que narra el dolor de este pueblo que ha perdido a más de 50 mil de sus hijos. Pero también esa página narra el lento despertar de un pueblo urgido de paz, justicia, dignidad, libertad y democracia.
            El camino a la paz es largo, pero, tenemos que recorrerlo. Ya hemos comenzado y sólo unidos venceremos a los señores de la guerra. Porque como diría el Viejo Antonio allá en el sureste mexicano: “Los arroyos… cuando bajan… ya no tienen regreso… más que bajo tierra”. 

martes, 28 de junio de 2011

Apuntes sobre la desmilitarización

Apuntes sobre la desmilitarización
Parte II

Por Raúl Romero




Ejemplo claro del acompañamiento mediático a la guerra de Calderón es el comercial que con motivo del día de la marina lanzó al aire la empresa Televisa. En horario estelar y con la presentación de Joaquín López Doriga, el 1 de junio del año en curso fue exhibido el video en honor a la Marina Armada de México. El vídeo, producido por The Mall de Pedro Torres (misma empresa que produjo la campaña publicitaria del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución), es sin duda un esfuerzo por enaltecer a los marines. Un elemento importante que me interesa destacar de dicho comercial, es su extremo parecido con el que fuera presentado en 2008 y que exalta a los marines norteamericanos (http://www.youtube.com/watch?v=BV1qntsbLq0).

Aunado a esto, es común ver todos los días en los diarios de todo el país fotos de decapitados, torturados, colgados, etc. El objetivo: generar miedo en la sociedad y legitimar una guerra que nadie pidió y que todos padecemos.

A pesar de todo este esfuerzo mediático, la guerra de Calderón no sólo no genera consenso, sino que las voces que la rechazan toman cada vez más fuerza. En las redes sociales y en los principales periódicos del país han entrado al debate intelectuales, actores políticos y sociedad en general luego de las acciones convocadas por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, elemento que desde dónde se mire, es un logro importante.

Lo anterior nos ha hecho voltear a mirar las experiencias de justicia comunitaria que existen en el país y que han arrojado resultados positivos. Hoy se vuelve clave discutir y aprender de esos esfuerzos organizativos que en México vienen realizando distintas organizaciones desde años atrás.

En la montaña de Guerrero tenemos un buen ejemplo: los pueblos organizados en la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) que desde 1995 decidieron que no querían seguir siendo víctimas de militares, caciques, narcos, etc. Para ello, se dieron a la tarea de armar una policía comunitaria con el objetivo de garantizar la seguridad y la justicia que el gobierno les negaba. Los resultados son impresionantes: los índices de delitos se redujeron en un 90%.

A esta experiencia debemos agregar la de los pueblos mayas organizados en el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, el pueblo de Santa María Ostula, la comunidad Le Barón y más recientemente la de los pobladores de Cherán.

(...)